¿Quieres hacer crecer un proyecto? ¿Un negocio? ¿Una carrera profesional? PUES TOMATE EN SERIO, cuanto ANTES.

SI. De verdad, tómate en serio. Hace más de 30 años que quería hacer lo que estoy haciendo. Dedicarme a ser escritora e ilustradora. TREINTA.

¿Cuándo desee hacer por primera vez lo que hago AHORA? Con 13 años.

¿Por qué no seguí mi sueño? Me dijeron que de eso no iba a poder vivir. Y yo lo creí. Tanto que llegué a olvidarlo. Pero la vida se ha encargado de recordármelo.

Todo empezó cuando me quedé en paro, en plena crisis, era profesora y educadora, estaba tan calentita en mi lugar de trabajo. A esto le llaman estar en la «zona de confort».

Había que reinventarse y se me ocurrió recuperar mi parte artística. Me hice una tarjeta y a “puerta fría” salí a buscar clientes y me puse a pintar murales por los bares, las tiendas, las casas. Cree mi página web….Hice cuadros y los vendí a «precio de coste». Pintaba mucho, a todas horas, en formatos muy diferentes para clientes con gustos distintos. Aprendí mucho….,

A la vez empecé a practicar meditación y hacer reiki, quería encontrarme a mi misma, recuperar la salud y el mando de mi vida.

Pero áun daba palos de ciego.

Un fin de semana mi marido me animó a ir a un encuentro de educadores en Barcelona. Allí conocí a Thich Nhat Hanh. Un monje Vietnamita. Escuché, con el corazón en la mano, sus enseñanzas, su experiencia de vida, lloré un montón, y desde ese momento, vislumbré poco a poco, lo que quería. A través de la práctica de la atención plena, mindfulness empecé a conectar con mi interior. Recordé lo que soñaba con 13 años. Y empecé a unir mi faceta de educadora y formadora, con la de escritora e ilustradora.

Y escribí e ilustré BERTA, LA RANA DESPIERTA…Luego fue CARLOTA Y LAS MARIPOSAS. Y ya no pude parar. Ahora estoy con EVIRULI, que está en maquetación.

A lo largo de estos años he descubierto que: «Cuando haces crecer tu proyecto; creces tú….Cuando creces tú como persona; crece tu proyecto» Tu proyecto se retroalimenta. He crecido en muchas cosas. Un ejemplo:

Yo he sido muy buena ayudando en los proyecto a los demás. Si me daban un proyecto en una empresa, fuera el que fuera, iba hasta el final. Soy creativa y muy resolutiva.

Pero con mis propios proyectos MUY CHAPUCERA: deprisa, desconfiando, dudando, sin profundizar; sin tomármelo en serio. Como diciendo: «total para qué si no va a salir».

Pero hace unos días, me di cuenta, que sólo me quedaban nueve ejemplares de la primera edición del libro que escribí hace dos años: “Cuéntamelo para crecer consciente”.

Había llegado el momento de preparar la segunda edición. ¡BIIEENNN! Me asaltaba la tentación de reeditarlo igual. ¡Ala, ya está!

Pero mis lectores y amigos, me habían lanzado otros mensajes durante meses: que separara los cuentos en libros distintos, que ampliara algunas partes o eliminara otras. Y por otro lado, contando el cuento y dialogando con los niños y adultos en los cuentacuentos había descubierto nuevas posibilidades a las historias.

¿Qué hago?

Y pensé POR PRIMERA VEZ: Mi proyecto es importante, me gusta escribir e ilustrar, AHORA ES MI VIDA. Nada de chapuzas, había que reeditarlo mejorado, darle el valor y el cariño que se merece, cuidarlo. Y… aquí estoy pintando por completo el cuento de «Berta la rana despierta». Me quedan un par de dibujos, ya os los enseñaré.

AHORA ME TOMO EN SERIO MI PROYECTO. ME TOMO EN SERIO A MI MISMA.

Os lo cuento a través de este vídeo:

 

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